Seguro has escuchado diversos ejemplos de dilemas morales. Muchos de ellos son ampliamente discutidos, pero pocas son las personas que profundizan en el tema para comprender qué son realmente y qué implican.
El conocimiento de lo que son los dilemas morales puede ayudarnos de una forma impresionante en nuestra toma de decisiones, y en comprender así, las decisiones de los demás.
El dilema del tranvía
Para poder explicar de manera más clara lo que es un dilema moral, quisiera traer a este espacio uno de los dilemas más conocidos: el dilema del tranvía.
Este dilema es muy usado por psicólogos y filósofos para tratar de comprender cómo es nuestra toma de decisiones. Seguramente has escuchado de él, pero quisiera que imaginaras ese escenario una vez más:
Un tranvía avanza sin frenos y está a punto de atropellar a cinco personas que están sobre la carrilera. Tú estás a un lado del camino y con solo tirar de una palanca puedes salvarles la vida de esas cinco personas, pues ésta hará que el tren se desvíe hacia otro carril. Sin embargo, en ese otro carril se encuentra una persona que morirá si decides tirar de la palanca.
Tienes 10 segundos para tomar una decisión. Si no haces nada, mueren 5 personas; si tiras de la palanca muere una. ¿Qué haces?
Para muchas personas, esta situación no es percibida como un dilema. Es muy claro que es preferible salvar la vida de 5 personas, aunque tengamos que sacrificar la de una.
Esta perspectiva es completamente comprensible, sin embargo, no está exenta de problemas. La intención de mencionar este dilema no es llegar a responder sobre lo que es correcto o incorrecto, sino entender que, aunque muchas veces no lo parezca, las decisiones que tomemos pueden ser muy problemáticas.
Recuerda que cada decisión deja un precedente, y en las manos equivocadas esto podría llevar a consecuencias catastróficas.
Los argumentos detrás del dilema
Sobre esta situación se pueden argumentar distintas posturas e incluso podemos hacerlo cada vez más complejo para contrastar diferentes perspectivas.

Por ahora, sólo quiero hacer referencia a dos argumentos:
- El principio de utilidad (Utilitarismo)
- El Imperativo Categórico, de Kant.
El utilitarismo es una doctrina moral que, a grandes rasgos, considera que las acciones morales son aquellas que maximizan el placer y minimizan el dolor. En el marco de esta doctrina, encontramos el principio de utilidad formulado por el filósofo Jeremy Bentham que reza lo siguiente:
Principio de utilidad (…), aquel principio que aprueba o reprueba toda acción de acuerdo con la tendencia en que parece aumentar la felicidad del involucrado cuyo interés está en cuestión. O lo que es lo mismo, lo que promueve o se opone a esa felicidad.
En pocas palabras:
El principio de utilidad se propone alcanzar la mayor felicidad para el mayor número de personas.
Bajo este argumento, la opción más adecuada a tomar respecto al dilema del tranvía parece ser el elegir jalar la palanca y así salvar a 5 personas en vez de sólo a 1.
Como podrás notar, es un argumento muy convincente y ayudaría a respaldar perfectamente esta perspectiva. Sin embargo, hay un problema: no es el único argumento que podemos dar. De hecho, el argumento que aborda el problema desde Kant apela a contemplar a esa otra persona que se encuentra en el otro carril.
El Imperativo Categórico es elemento fundamental de la teoría ética de Kant. Podemos hallar muchas formulaciones de este concepto, y si las aplicamos todas al dilema del tranvía encontraremos problemas en cada una. No voy a abordarlas todas, pero una de ellas es la siguiente:
Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca como mero medio.
Independientemente de las acciones de cada persona, para Kant toda vida humana es valiosa en sí misma. En ese sentido, cada persona debe tratarse como un fin en sí mismo, nunca como un medio.
Si optamos irnos por la vía utilitarista, Kant estaría completamente de acuerdo en que esto es muy problemático porque estaríamos usando a la única persona que se encuentra en el otro carril como un medio para salvar a las otras cinco personas.
Seguramente estás pensando que esto suena completamente descabellado. A final de cuentas se está salvando a las cinco personas; la intención es buena, la intención es salvar vidas.
Lo que quiero señalar aquí no es que si optamos por el utilitarismo entonces estamos tomando una decisión cruel y despiadada. No es así. Más bien, quiero señalar que tomar esa decisión tiene consecuencias muy problemáticas.
Empezar a pensar así, nos acercaría peligrosamente a caer en una pendiente resbaladiza.
¿Qué es un dilema moral?
Con el ejemplo del tranvía es muy claro visualizar la complejidad que suponen los dilemas morales. Probablemente nunca habías visto este dilema así.
Por un lado, preferir salvar la vida de 5 personas en vez de una, es una decisión por la que fácilmente podemos inclinarnos. Por otro lado, decidir así deja un precedente bastante peligroso en el que nos es posible imaginar un escenario en donde es permisible usar a una persona como un objeto para lograr algo. Incluso cuando aquello que se quiere lograr sea con una intención buena.
Aquellos que se dedican al estudio de la ética han formado toda una teorización que nos ayuda a distinguir un dilema moral del que no lo es.
Un dilema moral no se define simplemente por una situación en la que tengamos problemas para elegir. Necesitan existir dos valores que entren en conflicto.
Para que un caso pueda ser calificado como un dilema debe cumplir las siguientes características:
1) El agente moral debe tener buenas razones para realizar dos o más acciones (apoyadas en principios éticos o deberes).
2) El agente moral tiene toda la posibilidad de realizar cualquiera de esas dos acciones.
3) Sin embargo, el agente no puede realizar estas dos acciones, sólo una de ellas.
4) Por tanto, hay un cierto “fracaso moral” porque, aunque cumplamos con una de nuestras obligaciones, fallamos al dejar de cumplir con las otras.
¿Qué hago frente a un dilema moral?
A pesar de la complejidad, hay ciertas vías de acción a tomar:
1) Aprender a identificar y distinguir un dilema de otros casos de interés para la ética.
2) Reconocer cuáles son los principios o deberes que están en juego en la argumentación a favor de las dos posibles vías de acción.
3) Evaluar la complejidad del caso, y justificar cuál es la vía de acción a seguir.
Por último, quisiera que te quedaras con la siguiente frase:
Nunca pienses que tus decisiones no afectan a las demás personas. Tu perspectiva no es la perspectiva de los demás.
Bibliografía
Rachels, J., & Millan, G. O. (2013). Introduccion A La Filosofia Moral (1.a ed.). Fondo de Cultura Económica.
Artículo de:

Aranza Sánchez Romero (autora invitada):
Lic. en Filosofía (Universidad La Salle), maestrante en Psicoanálisis. Le gusta escribir y enseñar, imparte clases de Filosofía y participa activamente en distintos medios digitales para la difusión de la filosofía.