La filósofa malagueña María Zambrano, discípula de Ortega y Gasset, es un ejemplo perfecto de la filosofía poética; su propio método es así, el método del delirio, reflejado en su obra “Delirio y destino“. Nos habla sobre el enfrentamiento entre la poesía y la filosofía, la cual es vista desde un punto de vista científico, e intenta buscar una solución o un término medio entre estas dos partes irrenunciables que pertenecen al hombre. Tanto Nietzsche como María Zambrano, independientemente de la diferencia de siglo, se plantean el mismo problema: nuestra sociedad está enferma debido al nihilismo y a una pérdida de valores e interés. Nietzsche en “Así habló Zaratustra” incluye varios poemas, muchos de sus pasajes son más poéticos que propiamente filosóficos, pero también podemos ver pasajes filosóficos cuya prosa es poética.
Para Zambrano es muy importante el logos (la palabra), recuperándolo de los antiguos filósofos, por eso es tan importante la poesía, considerando que esta le permite crear desde el no ser, mientras que la filosofía viene desde el ser. Por lo que este conflicto viene de muy atrás; por ejemplo, Platón no creía que existiera un hueco en el Estado para los poetas al considerar que estaban “malditos”, debido a que el ámbito de las sensaciones nos lleva al error y al mal, al no ser exactos; es por ello que los expulsó y desde entonces para los filósofos, la poesía es el enemigo. Los vencedores de la batalla fueron los filósofos, hasta el siglo XIX y XX, que aparece Nietzsche, el cual defiende a los poetas y dice que ese nihilismo de las sensaciones se debe a la expulsión de estos. Esto no quiere decir que los dos ámbitos sean totalmente opuestos, de hecho ambos tienen el mismo origen: la admiración.
En María hay mucho platonismo, porque para ella, el logos (nuestra palabra) y el amor van de la mano, porque para ella, vivir es convivir, pensamiento que comparte con Ortega y Gasset, para el cual vivir es convivir y por ello ser juzgado es morir. Para ella vivir es convivir en el sentido de que entender que hay tiempos distintos y convivir es intentar dentro de esta diferencia que haya una sintonía, una convivencia de distintos tiempos, que no una tolerancia, sino una convivencia. Volviendo a Platón, para Zambrano el logos es una cierta ascensión hacia un amor del sentir, un atrevimiento.
Aceptarse no siendo, y al aceptarse ir siendo, ir hacia el ser, afrontar el riesgo de ser en falso, de ser otra cosa, de ser el otro, uno de los múltiples otros que la posibilidad ofrece en sus espejos, y uno, uno mismo, pero el llegar a ser uno mismo y no el otro, ¿Cómo podría lograrse? ¿habrá que conocerse ya y desde el principio? ¿Cómo despejar la autenticidad si cada acción nos crea o nos deforma? ¿Si aquello que hemos vivido arroja su sombra? ¿Qué mide nuestra autenticidad?1
Un origen común
Tanto filosofía como poesía comienzan con la admiración, sin embargo, la filosofía sufre posteriormente una separación, en la cual se abandona lo real, ya que cree que la realidad está más allá, y en la poesía se apega a las sensaciones. El poeta está interesado por la multiplicidad y el cambio, y busca la verdad a través de la investigación, al contrario que en la filosofía, que se interesa por la unidad y busca la verdad a través de la inspiración o tradición.
El filósofo y sociólogo francés Comte, considerado el creador del positivismo, dividió la historia en estadios en lugar de edades. Estos estadios fueron tres: el primero era la religión, el segundo la filosofía y el tercero, la ciencia que considera el saber vinculado a la técnica, que se correspondería al estadio positivo y es una filosofía que todos tenemos en la mente (reduccionismo). María Zambrano también incluye la religión al hablar de poesía en su obra “Hacia un saber sobre el alma“; para ella la poesía primera es el lenguaje sagrado, que para el creyente no es poesía sino misteriosa verdad. Y más allá de la poesía y filosofía, está como unidad última la religión y todas han de ser miradas por una mirada unitaria:
Filosofía, poesía y religión necesitan aclararse mutuamente, recibir su luz una de otra, reconocer sus deudas, revelar al hombre medio asfixiado por su discordia, su permanente y viva legitimidad; su unidad originaria2.
Como conclusión, veamos cómo y cuáles serían los diferentes puntos de vista tanto para un filósofo y un poeta de una manzana: una manzana para un científico se simplifica a una ley o fórmula y puede ser, por ejemplo: un peso o una trayectoria, mientras que para un poeta es un color, un sabor o una sensación, por lo que podríamos decir que el poeta está “enamorado de las cosas”. Podemos ver que filosofía y poesía no son opuestos, sino que se complementan, se enriquecen mutuamente, incluso se fusionan. La filosofía nos puede hablar poéticamente y la poesía nos puede hablar de filosofía.
Una cita como ejemplo de la poesía reflejada en la filosofía de María Zambrano, es su respuesta a la pregunta “¿Por qué estudias filosofía?”, y en ella vemos la utilización del recurso literario del polisíndeton:
Porque tengo que morir y no podré hacerlo sin haber visto y sin haberme visto, porque no podré morir sin haber vivido la verdad y no como jamás se me alcanzará el éxtasis, amor completo, ni la caridad inagotable de los santos, como solo de vivir humanamente, como estoy aquí, como me asfixio en la memoria, ese implacable don que parece he recibido, que me deja sin horizonte ni futuro, como se que no he de vivir en un instante toda la vida, toda la vida que es y sería la presencia del universo, desde aquí y como tengo que aprender a vivir en el tiempo, como tengo que ser persona […]3
Notas
[1] Zambrano, M. (2011) Delirio y destino. Alianza editorial.
[2] ibídem.
[3] ibídem.
Bibliografía
Zambrano, M. (2016) Hacia un saber sobre el alma. Alianza editorial.
Zambrano, M. (2009) Filosofía y poesía. Alianza editorial.
Nietzsche, F. (2018) Así habló Zaratustra. Alianza editorial.
Imagen | Pixabay
Cite este artículo: Postigo, M. (2023, 15 de septiembre). ¿Existe un término medio entre poesía y filosofía? Filosofía en la Red. https://filosofiaenlared.com/2023/09/termino-medio-entre-poesia-y-filosofia
Estudiante de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Interesada también en filosofía, literatura y arte.